El proyecto en el que están embarcados la Junta de Andalucía y Agrícola la Misión, la empresa propietaria, se encuentra, sin embargo, en un callejón sin salida, tras varios años de negociación, puesto que las partes no llegan a un acuerdo de permuta y las arcas autonómicas no disponen, al día de hoy, de capacidad financiera para comprar el ‘Cortijo de Bodas de Sangre’ y las 400 hectáreas de la finca que van en el lote.
Rodríguez aseguró ayer que es un compromiso firme incluido en su programa electoral el impulso de la recuperación del Cortijo del Fraile como un bien etnográfico y un emblema del campo de Níjar y de toda la provincia como espacio lorquiano.
Hasta un campo de golf
El primer edil nijareño avanza un nuevo planteamiento para poder llegar a un acuerdo entre las partes: “Puesto que hay carencia de financiación y de espacios para permutar, podemos intentar recuperar la propiedad para que la Junta pueda actuar en la rehabilitación del Cortijo y al mismo tiempo compensar al propietario”. Añade Rodríguez que “esta compensación puede llegar mediante una concesión administrativa al propietario a largo plazo para que pueda gestionar un negocio vinculado al turismo y a a la hostelería, incluyendo, por qué no. un campo de golf”.
El alcalde reconoció ayer los inconvenientes para poder realizar una permuta de terrenos en la zona de expansión del Nazareno. “Es un proyecto urbanístico que depende del Plan Subregional de Almería y su área metropolitana y que se basa en un aumento de edificabilidad al que la Junta se ha mostrado contrario en un primer momento”.
El gerente de Agrícola La Misión, José Antonio Cánovas, recordaba esta semana su predisposición a cerrar un acuerdo con la Junta con la que lleva negociando desde hace varios años. “Yo he cumplido entregando la valoración y el estudio técnico que me requirieron para realizar la permuta de la finca, pero no he obtenido respuesta”.
Agrícola La Misión es dueña de 400 hectáreas del Parque Cabo de Gata Níjar, hasta los lavaderos de las antiguas minas de oro de Rodalquilar, y realiza desde hace años una explotación de productos hortofrutícolas en ecológico.
En la actualidad, este simbólico inmueble tiene abierto un proceso instado por la propia Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC). Esta circunstancia obliga al propietario a su mantenimiento, siendo susceptible de expropiación si se demuestra una dejación de funciones en esta labor de conservación.
El Cortijo malvive en medio de un derrumbe continuo y ha sido objeto de numerosos robos de materiales de su originaria construcción.
Fuente: La Voz de Almería
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